"Un paso no dado
es un sueño perdido"

domingo, 13 de enero de 2008

Un nuevo modelo de relaciones

El progreso de la sociedad del conocimiento y bienestar de forma creciente reclama que las universidades, sin perder sus valores de excelencia y universalidad, ejerzan su liderazgo y que, para ello, actúen en la frontera de la investigación, formen a los mejores profesionales e integren sus capacidades de creación e innovación en beneficio del progreso económico, social y político tanto local como global.


La satisfacción del bienestar social y la anticipación a sus necesidades definen una parte de las nuevas demandas que los gobiernos, instituciones y ciudadanos de los países democráticos más avanzados hacen a sus instituciones de investigación y enseñanza superior, exigiendo una ampliación de las misiones actuales de creación, preservación y difusión de la cultura y conocimientos implícitas a las universidades.


En los países europeos, una parte de estas exigencias de cambio en las relaciones entre la universidad y la sociedad se ha concretado en un impulso político de renovación de las enseñanzas universitarias para la construcción de un Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) y de un Espacio Europeo de investigación.


Para España, este profundo proceso de renovación de las enseñanzas y universidades para acompasarlas a las relaciones sociales y económicas del siglo XXI adquiere dimensiones singulares por la intensidad y complejidad de las modificaciones asociadas a un cúmulo de coincidencias tales como:

  • La adaptación a un escenario restrictivo, caracterizado por el descenso continuado del número de estudiantes y la paralización del proceso expansivo en el número de centros y enseñanzas universitarias.

  • La necesidad de utilizar creativamente los nuevos grados de libertad académica en la configuración de las enseñanzas universitarias de carácter oficial y validez en todo el territorio nacional de los tres ciclos de Grado, Máster y Doctorado.

  • La obligada modificación de las metodologías docentes y discentes de las enseñanzas universitarias para centrar su objetivo en el aprendizaje del estudiante y orientarlo de forma que le permita seguir con su formación a lo largo de toda su vida.

  • La imposición de unas renovadas exigencias de calidad a todas las actividades de las universidades y, en particular, para superar la periódica acreditación de las enseñanzas que se impartan.

  • La demanda de una mejora de los rendimientos académicos que se realice sin disminuir la calidad de las enseñanzas o el nivel de conocimientos de los titulados.

  • La exigencia de una mayor agilidad y profesionalización de la gestión universitaria que permita responder a tiempo y satisfactoriamente a los acelerados cambios y a las variables demandas sociales.

Las universidades españolas, que ya han comenzado a diferenciarse, acelerarán este proceso divergente buscando sus propias líneas de actuación para adaptarse a su entorno político, social, económico y territorial y responder mejor a la competencia de otras instituciones universitarias en la captación de alumnos, en la atracción a su claustro de los mejores profesores e investigadores, en el desarrollo de proyectos competitivos de I+D+i, en la proyección y relevancia social, etc.


La transformación de las enseñanzas universitarias para converger al EEES está en marcha y las modificaciones académicas y curriculares se harán visibles en el próximo curso con la impartición de las primeras enseñanzas oficiales de Grado y progresarán con rapidez para que en el curso 2010-11 los alumnos que comiencen estudios en la universidad española sólo puedan seguir nuevas enseñanzas.


Se configura un periodo apasionante de transformación y una ocasión, para que las universidades, sin perder su naturaleza, reelaboren la distribución de sus titulaciones y centros, actualicen su organización académica para hacerla más eficiente, mejoren sus rendimientos y se hagan más permeables a las necesidades sociales. Para ello, en los próximos tres años, haciendo uso de su autonomía, deberán emprender un cambio en las relaciones con la sociedad que condicionarán con intensidad su evolución durante la próxima década y más allá.

Rafael Navarro Linares
(Publicado en Heraldo de Aragón el 13 de enero de 2008)