El anuncio de la implantación en el próximo curso de estudios de Ingeniería en Informática de la Universidad San Jorge en las instalaciones del Parque Tecnológico Walqa en Huesca, que hemos conocido por las declaraciones de sus responsables, no ha producido sorpresa en la Universidad de Zaragoza y en su Centro Politécnico Superior pero sí una honda preocupación por la actitud difícilmente comprensible del Gobierno de Aragón para con su Universidad.
Damos la bienvenida al aumento de capacidad de formación universitaria y de recursos humanos y materiales dedicados al I+D+I en Aragón que aportará la Universidad San Jorge. El Centro Politécnico Superior no teme la competencia que supone duplicar la oferta de una de nuestras titulaciones ya que contamos con la calidad de la formación de nuestros ingenieros en Informática y las capacidades de nuestros departamentos e institutos universitarios, y con estos activos ya estamos compitiendo en el mercado nacional y europeo.
Hace cinco años, cuando el Proyecto Walqa de potenciación de actividades empresariales ligadas a las TIC estaba en gestación, el Gobierno de Aragón se dirigió a la Universidad de Zaragoza y a su Centro Politécnico Superior pidiendo colaboración. La respuesta fue inmediata y sin reservas de forma que, para incrementar la oferta de estos titulados en Aragón, el número de alumnos de Ingeniería en Informática e Ingeniería de Telecomunicación se aumentó en un 50% y también desde entonces la Universidad de Zaragoza ha colaborado intensa y estrechamente en el desarrollo del Parque Tecnológico Walqa. Entre otros, se diseñaron y montaron cinco laboratorios de investigación en Huesca en los que profesores, investigadores y estudiantes de nuestra Universidad colaboran con las empresas ubicadas en el Parque Tecnológico. Así se han realizado prácticas, proyectos fin de carrera y tesis doctorales y se ha participado en los cursos, seminarios y jornadas que se organizan en Walqa.
Al primer convenio de colaboración entre la Universidad de Zaragoza y los órganos del Gobierno de Aragón responsables de la gestión de Walqa le ha seguido otro actualmente en vigor, para que un grupo de profesores del CPS y de otros centros pudieran continuar trabajando en varias líneas de investigación en los laboratorios del Parque Tecnológico Walqa.
Ahora, al acoger las enseñanzas de Ingeniería en Informática de la Universidad San Jorge en el Parque Tecnológico Walqa, el Gobierno de Aragón opta por establecer nuevas sinergias difícilmente compatibles con las previas. Al hacerlo rompe la estructura de relaciones empresa-investigación que había desarrollado junto con la Universidad de Zaragoza y que ha sido financiada mayoritariamente con fondos públicos y se la “regala” a este nuevo centro. Esta actuación quiebra además la confianza que debe existir entre instituciones, afecta negativamente a la Universidad pública y como tal debe ser denunciada a la Sociedad.
El Gobierno de Aragón cambia de socio tecnológico para el desarrollo de las TIC en Walqa y apuesta por una “aventura“ que sólo existe sobre el papel, frente a una colaboración real con centros, departamentos e institutos de investigación de “su Universidad”. Una Universidad de calidad contrastada por los titulados y doctores que ha formado, por sus éxitos en captar financiación en convocatorias competitivas de proyectos de investigación nacionales e internacionales y por el volumen y calidad de sus colaboraciones con empresas.
No se han explicado las razones que hacen que la instalación de estas enseñanzas en Walqa sea una decisión adecuada para Aragón y para Huesca, por lo que es difícil rebatirlas. Si la intención es aumentar el número de ingenieros en Informática, el empeño es innecesario, pues en la actualidad se cubren con creces las necesidades del mercado laboral con los que se titulan anualmente y un 30% de los titulados debe buscar trabajo fuera de Aragón.
Sólo razones difíciles de entender pueden sostener esta actuación, que se enmarca en un divorcio creciente del Gobierno de Aragón y “su Universidad” con muchos temas pendientes: la LOSUA en trámite, que reduce la autonomía de la Universidad y quiere hacer de ella un apéndice administrativo; la ley de creación de la Universidad San Jorge, que no ha esperado la ordenación del sistema universitario aragonés sino que pasó por las Cortes de Aragón, como si la nueva Universidad no formara parte del sistema universitario aragonés; y unos presupuestos de la Universidad pública crecientemente escasos y sin un horizonte estable de financiación plurianual, mientras que indirectamente se transfieren medios públicos a actividades privadas.
A esta cuenta se suma ahora una quiebra en la confianza que debe existir entre instituciones, porque ¿con que ánimo se podrán abordar las necesarias futuras colaboraciones?
(Publicado en Heraldo de Aragón en abril 2005)
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